Este curso Yanay ha empezado a asistir a clases de Judo en el club de Hospitalet.
Ya hacía ballet y natación pero ahora los practica en el colegio así que buscamos un deporte que le siguiese ayudando a crecer y, a quemar toda esa energía extra que ahora acumula...
El judo nos pareció un deporte adecuado para su edad pues ayuda en el desarrollo de las habilidades motoras
básicas, favorece el aparato motriz, la coordinación, fuerza, velocidad, flexibilidad y equilibrio. También ayuda a los niños a conocerse a si mismos y dominar su cuerpo, desarrollar la capacidad de autocontrol y estimula el pensamiento táctico al obligar a
los niños a tener que tomar decisiones rápidas y decisivas en las
diferentes situaciones que le plantea su oponente o él plantea a su
contrincante. Además y a pesar de ser un deporte de contacto, transmite y enseña valores muy importantes como pueden ser el respeto, la tolerancia, la autoestima, motivación, educación...
En definitiva, nos pareció que podía ayudarla. La llevamos una tarde. Probó y le gustó.
Ahora va encantada a clase y se enfada si llagamos algo tarde. También se queja cuando no gana en los juegos que hacen o si se lleva un golpe de un niño más hábil. Pero es increible verla practicar y esforzarse por competir con los otros y estar al nivel como una más.
Hemos consultado a otros padres de niños enfermos que están ahora mismo en una situación médica similar a Yanay y todos coincidimos. Los que hemos seguido las recomendaciones nutricionales y hemos proporcionado a nuestros hijos los complementos de la nutraceutica de apoyo a base de Transresveratrol, curcumina, omega 3 DHA, vitaminas C y D3 o BGlucano notamos que están en un estado físico muy bueno, muy activos, con mucha fuerza y estado animico muy positivo.
Sabemos que médicos de otros hospitales no son partidarios de que los niños sigan dichas recomendaciones pero, personalmente, opino que solo el desconocimiento en unos casos y las patéticas envidias profesioneles en otro les llevan a tomar partido de esta manera. No existen estudios actualmente publicados (se está trabajando en ello) que avalen su utilidad real, pero tampoco que digan lo contrario. Y, no puede ser simple casualidad el que los niños que las han tomado o siguen haciéndolo presenten una mejorái en su estado físico, unas recuperaciones y una energía del que carecen aquellos que no las toman. Es más, conocemos pacientes que a pesar de no haber salido adelante gozaron de un estado físico mucho mejor de lo que se estimaba deberían haber tenido por el avance de su enfermedad. Y como lo hemos conocido en primera persona y Yanay es vivo ejemplo de ello, animamos a los padres de niños en esta situación a solicitar a sus médicos esta ayuda complementaria en sus tratamientos.
Y como siempre, animo también a todos esos médicos escépticos a mirar más por sus pacientes, pues muchas veces anteponen otros intereses a lo que verdaderamente debería de importarles...